Selva de Irati Otoño en Navarra

La primavera es la estación del color pero no es la única, la Selva de Irati en Navarra nos regala una versión del otoño llena de colorido. los verdes del verano pasan a ocres, rojos intensos, marrones… una fotogénica combinación de tonos que nos hace ver esta estación del año de una forma diferente.

La Selva de Irati es un bosque de navarra considerado como el segundo más importante de Europa en hayas y abetos con un impresionante lago en medio con dos accesos principales; Orbaizeta y Ochagabia, nosotros estuvimos en los dos 🙂

Selva de Irati desde Orbaizeta

Desde Orbaizeta tenemos uno de los accesos al bosque y que nos ofrecen unos paisajes muy característicos de la zona rural de navarra, inmensos prados con rebaños de ovejas, vacas sueltas y caballos nos acompañan durante nuestro recorrido. Paisajes Idílicos que nos invitan a la reflexión y que nos transmiten un montón de sensaciones de paz y tranquilidad.

El acceso desde aquí no nos gusto tanto como desde Ochagabia, el bosque no estaba igual y desde el punto desde donde se deja el coche hasta el lago esta a 8 Km, imposible si vas con niños… después nos dimos cuenta que algunos coches podían llegar casi hasta el lago pero claro eso implica que durante el recorrido tengas que estar constantemente vigilando para que no te atropellen, otro detalle que le quitaba encanto eran las máquinas transportando árboles talados y las correspondientes motosierras cortando árboles. Buenas sensaciones del bosque pero deslucidas por estas circunstancias que comentamos.

Selva de Irati desde Ochagavía

El acceso por Ochagavía es muy bonito, con unos paisajes impresionantes que nos acompañan a lo largo de los 23 Km que hay desde el pueblo hasta la entrada. La entrada es gratuita pero para acceder en coche te cobran 5€, se puede aparcar de forma cómoda pero para estar más cerca del inicio de la ruta hay que madrugar porque sino te toca dejar el vehículo un pelin retirado.

La selva de Irati tiene muchas rutas posibles, tanto a pie como en bici, hay que ir con cuidado cuando vas con niños porque los pobres terminan agotados, nosotros elegimos la ruta 63 de 4 Km para llegar hasta el lago y obviamente otros 4 para regresar a la entrada.

La ruta 63 te lleva por el centro del bosque y es donde se pueden ver esas imágenes tan espectaculares con el suelo rojo, caminar por esos caminos te hace conectar con la naturaleza de una forma especial por que caminas entre selva casi virgen a través de los pequeños senderos que conducen al lago, también es el recorrido que más quema las piernas y el que, al menos a nosotros, nos dejó bastante tocados… y los niños ya los dejamos en las últimas y aún teníamos que volver. Seria bueno y bonito que hubiera un transporte interior como el que disfrutamos en La Fageda d’en Jordà que consistía en unos caballos que tiraban de unos carros con unas 10-12 personas y recorrían el interior del bosque.

El regreso lo hicimos por un camino que transcurre bordeando el riachuelo y fue más cómodo que ir campo a traves tal y como hicimos en la ida, al llegar al punto de partida se agradece mucho que exista un restaurante con un menú bastante correcto y que te permite volver a coger la energía perdida.

Conclusiones

Excursión de un día muy recomendable, en nuestro caso preferimos la ruta desde el lado de Ochagavía, algo complicada para hacer la ruta con niños, quizás para esta situación sólo adentrarse durante unos 30 minutos para regresar después porque sino los más peques no lo pasan bien (Hablo de nuestro caso) y la verdad es que los adultos también terminan agotados, sobre todo los que no caminamos mucho.

Desde el punto de vista paisajístico es algo que hay que ver porque representa la imagen típica de las postales de otoño.

Importante llevar un calzado adecuado, agua y un poco de comida para ir reponiendo energía además de la correspondiente cámara de fotos, video o en su defecto un smartphone cargadito de batería 🙂

Enlaces

Web Oficial Selva de Irati 

Web de casas rurales más información

Fotos: Photopin.com